martes, 9 de abril de 2013

Creo que mi APA es medio pobre... pero nó porque mis ambiciones de aprender sean pobres (de eso estoy segura) sino porque creo que me costó plasmarlo en papel...
Acá adjunto una foto de cositas que creo q m olvidé de incluir; tal vez no de todas ellas aprendo literalmente, pero sí me definen como persona y por lo tanto como "aprendiz".
Es cierto que chusmear blogs ajenos sirve, y mucho!


Saludos y gracias!!!!
Mariana.




Casi pidiendo perdón por mi falta de habilidad para el dibujo...
Bueno, creo que se entiende, pero igual va una explicación: las flechas que salen desde todos los medios hacia mí son flechas que indican lo que yo recibo de ellos; las que salen de mí hacia ellos es el aporte que podría llegar a hacer yo en los mismos.  A su vez hay cuatro tipos de flechas:



Flecha que indica poco "caudal"

Flecha que indica un buen caudal

Flecha que indica un caudal muuuy grande

Flecha que representa el objetivo de mi vocación (resumido)




¿Está mas o menos claro? Espero que sí... al menos en mi mente lo está!
Saludos!!!

miércoles, 3 de abril de 2013

Uy, nunca me había pasado esto....

Nunca me había pasado...
Casi con mucho orgullo para reconocerlo...
Siempre me gustó mucho trabajar con canciones, creo la música logra cosas que a través de otra forma no se lograrían. Es habitual en mí, tanto este año que me desempeño en Inglés como otros años en Castellano, presentarles a mis alumnos canciones nuevas, enseñárselas y cantarlas juntos, siempre con un 100% de éxito de parte de ellos, mi público espectador que tolera mis interpretaciones a veces desafinadas y encima las disfrutan (lo que es el amor incondicional de un niño!)
Pero el otro día me pasó algo que nunca me había sucedido...
Llegué muy decidida, les conté que tenía una canción nueva para que cantemos juntos en el "Circle Time" (el momento de la ronda); siempre apoyada en los gestos que ayudan a las palabras, sobre todo cuando las palabras son en otro idioma al propio, comencé a cantar intentando tener toda su atención. De golpe me ví a mi misma cantando pero sin observar mucho interés en ellos... Me miraban, sí, pero parecía que no les llamaba la atención lo suficiente; no tuve la respuesta a la que estoy acostumbrada que suele ser ellos intentado cantarla con mucho entusisamo. Me sentí un poquito frustrada, les tengo que reconocer... Empece a analizar en qué me había equivocado, tal vez la canción no era adecuada...
Y ahí se me ocurrió: llegué a mi casa esa tarde y con mi poco talento de dibujante me puse a dibujar las escenas de la canción, algo sencillo pero visiblemente comprensible.
Al día siguiente les dije que les iba a contar un cuento: sin tono de música se los conté, una y otra vez.
Al otro día, probé cantarla y no solo les entusiasmó muchísimo sino que la cantaban y la repetían, y pedían bis... Que placer cuando uno siente que logró un objetivo, por más que parezca pequeño!
Puede que muchas personas lean esto y digan: "Ay, es obvio!" pero a mí me llevó un primer intento fallido para buscar la manera y lograr al segundo intento un rotundo éxito. Creo que de esto se trata enseñar y aprender, porque vamos haciendo las dos cosas al mismo tiempo... no?

Un día en la vida de Mariana Bevcar...

Un día... No puede empezar sin un mate amargo, eso se los aseguro... Después viene el huracán de cosas: ropa, deberes, uniformes, comida...
Y después, a quitar esa mochila de cosas pesadas y llegar con toda energía a la sala, donde se que me están esperando los "Little oranges", mi pequeño pero inquieto grupo de sala de 4, para cantar, reirnos y sobre todo lo primero: un beso y un abrazo! Canciones en inglés, cuentos, baile y muchos juegos! Eso sí, siempre aprendiendo: ellos y yo también, enriqueciéndonos juntos.
Solo los que tenemos esta vocación tan linda, tan fructífera y gratificante como la docencia sabemos lo que se siente cuando ellos te recompensan con su cariño, incondicional y sincero; cuando te buscan con la sonrisa y con abrazos.
Por supuesto que cuando termina la jornada, vuelvo a casa y me están  esperando más sonrisas y abrazos; mis hijos me besan como si hace días que no nos viéramos... ellos también son incondicionales; y es por ellos que uno rema en la vida, siempre para que nuestro legado a nuestros hijos sea rico en sabiduría, consejos y muchos valores.
Después sigue lo mismo: deberes, ropa, orden, comida... Pero cada día, por mas que parezca que fue una locura corriendo de acá para allá, tiene algo sumamente positivo que guardamos y archivamos...